Cada vez proliferan más los centros en los que la cirugía estética se vende como un producto o un servicio de ocio en vez de como un servicio sanitario, minimizando aparentemente los riesgos y asegurando al 100% el buen resultado de una cirugía para garantizar la venta del servicio. Y lo más dramático es que ese asesoramiento lo realiza una persona no cualificada para este cometido, como si estuviera vendiendo un paquete de vacaciones o unos zapatos, careciendo de los conocimientos necesarios para asesorar con rigor sobre la técnica adecuada para dar solución -o no, que no todo puede resolverse- al problema.
Un ejemplo frecuente es la demanda por parte de la paciente de un aumento mamario cuando en realidad la paciente no es que tenga poco volumen sino que tiene un grado de mamas tuberosas: si se realiza un aumento con prótesis mamarias sin corregir la tuberosidad, el resultado será insatisfactorio. Esto, si la consulta la realiza un comercial, no lo podrá explicar adecuadamente. Pasa lo mismo con la liposucción, asegurando un vientre liso y sin cicatrices cuando tal vez la técnica necesaria es una abdominoplastia porque con una liposucción se obtendía una disminucion de volumen por extracción de grasa pero queda la piel colgando por el tipo de tejido. Y así con prácticamente la totalidad de intervenciones, porque no es blanco o negro y los grises solo los pueden ver los cirujanos plásticos debidamente formados y experimentados.
La cirugía estética es medicina y como tal siempre deberá aplicarse la técnica más adecuada, segura y en las mejores condiciones sanitarias. Pero esa técnica no es absoluta, en la mayoría de los casos requiere personalización según el caso individual y esa información solo te la puede proporcionar el especialista. Lo demás son aproximaciones, como lo que puedes leer en una revista o en internet. Incluso las propias sociedades de cirugía plástica ofrecen completa información sobre cada tipo de intervención y advierten de que en ningún caso ese contenido puede sustituir al asesoramiento del cirujano plástico en consulta. Entonces, ¿por que deberías mostrar tus pechos, tus muslos o tus cicatrices a una persona no cualificada* que no te va a dar la solución?
Un cirujano plástico no pretende captar clientes ni vender servicios sino atender pacientes, de forma personal, de tú a tú. Valorar el caso, resolver dudas, comprender expectativas y proporcionar información para que, con calma, el paciente medite y decida si desea someterse a un procedimiento quirúrgico para obtener un determinado resultado. Y llegados a este punto hay que destacar que cualquier médico especialista en cirugía plástica, estética y reparadora se asegura de que sus pacientes tengan toda la información necesaria, positiva y no tan positiva: los contenidos principales del consentimiento informado hay que exponerlos en consulta y no hay que restar importancia a las complicaciones (por infrecuentes que puedan ser) para evitar perder al paciente. La honradez es uno de los valores que jamás debe perderse en la vida y en esta profesión.
Por todo ello mi consejo es: desconfía de las consultas con profesionales no sanitarios y médicos no especialistas en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Si es gratuita o no, eso ya es otro debate 😉
(*Aclaro, cuando digo no cualificada no pretendo ofender a los comerciales, que tienen una formación exquisita en su ámbito, pero no habiendo estudiado medicina, no habiendo realizado la especialidad y no siguiendo con formación continuada, difícilmente pueden proporcionar el mismo asesoramiento en consulta que el propio cirujano).